Newswise — The more movie scenes of smoking they watch, the more likely Mexican-American youths are to experiment with smoking, researchers at The University of Texas M. D. Anderson Cancer Center and Dartmouth College report in the December issue of Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

The three-year prospective study of 1,286 Mexican-American adolescents showed the percentage of new experimenters increased from about 5 percent among those with little or no exposure to nearly 30 percent for those who saw up to 600 smoking scenes. The effect was dose-dependent, with experimentation linearly correlated with movie exposure.

For youths born in Mexico, the "dose" of smoking scenes was the strongest independent predictor of experimentation, overshadowing other known risk factors such as having friends who smoke and at least one school detention.

"Parents need to limit their adolescents' access to R-rated movies, which research has shown have the most depictions of smoking," said lead author Anna Wilkinson, Ph.D., assistant professor in M. D. Anderson's Department of Epidemiology in the Division of Cancer Prevention and Population Sciences.

"Movies that include smoking scenes should be rated R, to reflect their potential harm," she said. The World Health Organization Framework Convention on Tobacco Control includes guidelines for restricting access by using a country's movie ratings system.

Study participants, who were ages 11 to 13 at the start, indicated whether they had seen a sample of 50 movies selected a random from 250 movies that had been previously analyzed for their smoking content.

While previous research indicated that exposure to smoking in movies increases risk in other groups, the team's study was the first among people of Mexican origin, the most rapidly growing subgroup of Hispanics in the United States.

At the onset of the study, 10 percent of the adolescents indicated they had already tried smoking. Another 17 percent experimented over the three-year course of the project. The most powerful response was found among those who were born in Mexico, with fewer than 10 percent of experimenters among those with little or no exposure, on up to 39 percent of those exposed to up to 600 images. For U.S.-born study participants, the effect leveled off at 25 percent among those who had seen at least 400 images.

Gender, age and peer smoking were the most important predictors of experimentation for the U.S.-born adolescents.

"We suspect the greater impact among Mexican-born might occur because movie-viewing is part of the socialization process for those not born here," Wilkinson said.

The longitudinal study was made possible by the Mexican-American Cohort Study, an effort that has recruited more than 12,000 families to better understand factors that influence Mexican-American health. The cohort is funded by Texas Tobacco Settlement funds and M. D. Anderson.

This research was funded by a grant from the National Cancer Institute.

Co-authors with Wilkinson are senior author James Sargent, M.D., of Dartmouth Medical School, and Margaret Spitz, M.D., Alexander Prokhorov, M.D., Ph.D., Melissa Bondy, Ph.D., and Sanjay Shete, Ph.D., all of M. D. Anderson's Department of Epidemiology.

About M. D. AndersonThe University of Texas M. D. Anderson Cancer Center in Houston ranks as one of the world's most respected centers focused on cancer patient care, research, education and prevention. M. D. Anderson is one of only 40 comprehensive cancer centers designated by the National Cancer Institute. For six of the past eight years, including 2009, M. D. Anderson has ranked No. 1 in cancer care in "America's Best Hospitals," a survey published annually in U.S. News & World Report.

Ciertas películas promueven el fumar entre los adolescentes mexicano-americanos Investigadores hallan que la experimentación juvenil aumenta con la exposición a las películas

HOUSTON ― Las posibilidades de que los jóvenes mexicano-americanos experimenten con el fumar aumentan conforme ellos vean más escenas en las cuales se fuma, informan los investigadores de The University of Texas M. D. Anderson Cancer Center y Dartmouth College en el número de diciembre de Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention.

El estudio prospectivo de tres años de duración en 1.286 adolescentes mexicano-americanos demostró que el porcentaje de experimentadores nuevos aumento de un 5 por ciento entre los que no están expuestos o se exponen poco, a casi un 30 por ciento entre los que vieron un máximo de 600 escenas en las cuales se fumaba. El efecto dependió de la dosis, con la experimentación correlacionada en forma linear con la exposición a las películas.

Para los jóvenes nacidos en México, la “dosis” de las escenas en donde se fumaba fue el predictor independiente más importante de la experimentación, eclipsando otros factores conocidos de riesgo como el tener amigos que fuman y por lo menos una “castigo de detención” en la escuela.

“Los padres deben poner limites al acceso de sus adolescentes a las películas designadas como “R”, dado que la investigación demuestra que son las que tienen la mayor cantidad de escenas en las que se fuma,” dijo la autora principal Anna Wilkinson, Ph.D., Assistant Professor en el Department of Epidemiology en la Division of Cancer Prevention and Population Sciences del M. D. Anderson.

“Las películas que incluyen escenas en las que se fuma deberían ser designadas con la categoría “R” para reflejar la posibilidad de causar daño,” dijo. La World Health Organization Framework Convention on Tobacco Control incluye pautas para restringir el acceso usando el sistema de categorizar las películas en cada país.

Los participantes del estudio de edades comprendidas entre los 11 y los 13 años al inicio del estudio indicaron si habían visto una muestra de 50 películas seleccionadas en forma aleatoria de entre 250 películas previamente analizadas por su contenido de escenas en las que se fuma.

Si bien la investigación previa indicó que la exposición al fumar en las películas aumenta el riesgo en otros grupos, el estudio de este equipo fue el primero entre personas de origen mexicano, el subgrupo hispano de crecimiento más rápido en los Estados Unidos.

Al comenzar el estudio, el 10 por ciento de los adolescentes indicaron que ya habían probado fumar. Otro 17 por ciento experimentó durante los tres años de duración del proyecto. La respuesta más poderosa se encontró entre los nacidos en México, con menos de un 10 por ciento de experimentadores entre aquellos con poca o ninguna exposición, hasta en un 39 por ciento de aquellos expuestos a un máximo de 600 imágenes. Para los participantes nacidos en los Estados Unidos, el efecto se niveló al 25 por ciento entre los que habían visto por lo menos 400 imágenes.

El sexo, la edad y los fumadores entre sus pares fueron los predictores más importantes de experimentación para los adolescentes nacidos en los Estados Unidos.

“Sospechamos que el impacto más grande entre los nacidos en México podría ocurrir porque el ver películas es parte del proceso de socialización para aquellos no nacidos aquí,” dijo Wilkinson.

El estudio longitudinal fue posible gracias al Mexican-American Cohort Study, un estudio que ha reclutado más de 12.000 familias para entender mejor los factores que influyen en la salud mexicano-americana. La cohorte está subvencionada por fondos de Texas Tobacco Settlement y por M. D. Anderson.

Esta investigación fue subvencionada por una beca del National Cancer Institute.

Los coautores con Wilkinson son el autor senior James Sargent, M.D., de Dartmouth Medical School, y Margaret Spitz, M.D., Alexander Prokhorov, M.D., Ph.D., Melissa Bondy, Ph.D., y Sanjay Shete, Ph.D., todos del Department of Epidemiology del M. D. Anderson.

Acerca del M. D. AndersonEl University of Texas M. D. Anderson Cancer Center en Houston está clasificado como uno de los centros mas respetados del mundo concentrado en la atención al paciente, investigación, educación y prevención del cáncer. El M. D. Anderson es uno de los únicos 40 centros integrales de cáncer así designados por el National Cancer Institute. Durante seis de los últimos ocho años, incluyendo el 2009, el M. D. Anderson ha sido calificado número 1 en la atención de cáncer en “America's Best Hospitals,” una encuesta publicada anualmente en U.S. News & World Report.

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Cancer Epidemiology, Biomarkers and Prevention (Dec-2009)